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  OPINIONES


Publicado el martes, 2 de enero de 2001 en El Nuevo Herald

JORGE LUIS ROMEU

La transición mexicana

JORGE LUIS ROMEU

El 1 de diciembre llegó a la presidencia de México Vicente Fox, candidato del PAN, poniendo fin a 71 años de gobierno del PRI. Analicemos pues estos tres cuartos de siglo de vida mexicana bajo el partido oficial.

El PRI, Partido Revolucionario Institucional, fue fundado por el general Plutarco Elías Calles en 1929 y desde entonces había ganado todas las elecciones con ``amplio margen''.

Mas de alguna manera puede trazarse el origen del PRI hasta 1920, cuando los generales Obregón y Calles sellaron un pacto para turnarse en la presidencia y apoyar mutuamente su política revolucionaria.

Veamos por qué.

La revolución mexicana de 1910 terminó con 40 años de gobierno personal de Porfirio Díaz. Díaz logró detener la desintegración de México, impidió más invasiones extranjeras y las pérdidas territoriales, y mejoró considerablemente la economía. Mas estos logros trajeron el surgimiento de una oligarquía terrateniente y su dictadura personal.

Estos dos problemas fundamentales del porfiriato fueron encarados por el PRI en 1929. El nuevo sistema creado para resolverlos consistió en la creación de un partido hegemónico que funcionaba de la manera siguiente:

En el plano político, el presidente no podría ser reelegido jamás. En la práctica, sería como un rey por seis años, con derecho a nombrar su sucesor, dentro de ciertos lineamientos bien definidos. El dedazo era un proceso bien estructurado. No se podía nombrar a un pariente, como hicieron Somoza, Trujillo, Duvalier o Castro. Generalmente se elegía un candidato de una rama diferente del PRI.

Asi, el izquierdista Cárdenas fue seguido por el conservador Avila Camacho, y los estatistas Echeverría y López Portillo por los librecambistas De la Madrid y Salinas de Gortari. Detalles tan aparentemente insignificantes como el de buscar activamente la presidencia quedaban penalizados, como lo expresa el conocido dicho de que ``el que se mueve no sale en la foto''.

En el plano económico, el PRI impulsó la reforma agraria en un país eminentemente rural, lo que le proporcionó el apoyo de amplias masas campesinas. En 1938 el presidente Cárdenas nacionalizó el petróleo, obteniendo fondos para sus programas gubernamentales y el apoyo de sindicatos y de las masas obreras y nacionalistas.

El PRI no fue un partido ideológico, sino ``el partido del gobierno''. La gente podía afiliarse, cualquiera fuese su ideología. La arcilla que los unía eran el poder y un sentido de misión y objetivo nacionales basados en el nacionalismo. No ocurrieron más levantamientos militares o invasiones extranjeras. Este ha sido un éxito incuestionable de la gestión del PRI.

Bajo el PRI, el analfabetismo decreció del 70 al 10 por ciento y decenas de universidades y politécnicos, públicos y privados, fueron creados, proporcionando el desarrollo socioeconómico y la formación de una fuerte clase media que, al final, facilitó la elección de Fox y la transición a la democracia. Esta transición ha tenido lugar, por lo menos, durante los últimos veinte años y presenta una poderosa lección que muchos gobiernos podrían aprender --entre ellos el de Fidel Castro en Cuba.

La oposición estuvo formada por el PAN, Partido Acción Nacional, católico, empresarial y conservador, y el PRD, Partido de la Revolución Democrática, de centro izquierda, quien ganó la alcaldía de la Ciudad de México.

Mas, ¿qué ocurrirá con el panorama político de México una vez que el PRD y el PAN regresen a sus posiciones originales de izquierda y derecha? ¿Quién entonces cubrirá el centro político, donde se situaba el PRI?

Tal vez un ``nuevo PRI'', formado por la gente joven que ha contribuido a esta transición. Mas si el PRI se desintegra, otros partidos nuevos cubrirían el centro político vacante.

Los recientes eventos políticos de México podrían proporcionar indicios para una futura transición cubana, que tarde o temprano habrá de venir. ¿Estaremos los cubanos, de dentro y de fuera, en disposición de aprender de esta experiencia?

Becario Fulbright 1994 en México y profesor emérito de la Universidad Estatal de Nueva York. Dirige el proyecto Juárez-Lincoln-Martí de Educación Internacional.
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