Transiciones Relevantes y sus Enseñanzas para el Caso Cubano

 

Jorge Luis Romeu, Ph.D.

Research Professor, Syracuse University

Conferencia Con Cuba en la Distancia, Valencia, España.

Enero 20 del 2009.

 

De Dulcinea, en ansias de tu muerte,

Di que siempre será La Más Fermosa!

 

Enrique Hernández Millares

 

Introducción

 

La delegación de mande que, por enfermedad, hizo en 2006 el presidente Fidel Castro, y su ulterior renuncia a ser reelegido en el cargo, han hecho posibles el primer relevo real en la dirección del gobierno cubano, en los últimos cincuenta años.

 

Aparente o real, pacifico o violento, tal cambio tendrá que ocurrir, impulsado por las actuales condiciones materiales imperantes en Cuba. Porque, a pesar de los indiscutibles avances socioeconómicos que el país ha experimentado en cincuenta años de gobierno revolucionario, en los últimos tiempos se han acentuado antiguos problemas.

 

Un ejemplo es la sensible baja de productividad en la mano de obra. Esta conlleva una baja en la producción de alimentos, carencia de vivienda adecuada, deterioro del sistema de transporte, así como de la infraestructura en general, y el deterioro de los servicios médicos y de educación (Pujol, 2008), otrora los dos logros fundamentales del sistema.

 

Y para evitar que estas desfavorables condiciones materiales provoquen una situación violenta interna y una crisis internacional, es necesario que se produzca un cambio real, pacifico y que conduzca a una apertura sociopolítica con todos los sectores del país.

 

Tal cambio ocurriría ciertamente a través de una Transición, definida como el proceso de negociación entre aquellos que detentan el poder, y aquellos que están fuera de el, para compartirlo y evolucionar juntos hacia algo nuevo, convencidos de que el resultado final será mas beneficioso para todas las partes, y para el país, que el modelo actual.

 

En cierta forma el cambio ha comenzado desde los años 1990. Allá, tras la disolución de la Unión Soviética y la perdida de sus subsidios, el gobierno cubano se vio precisado a crear sociedades conjuntas con empresas europeas en áreas como turismo, agricultura y minería, y a permitir la visita de los cubanos radicados en el extranjero, así como el envió de remesas a sus familiares en Cuba. Estos cambios económicos han provocado, a su vez, serias consecuencias políticas y sociales, dentro y fuera de la isla.

 

Con la llegada de Raúl Castro a la  presidencia en 2008, han ocurrido nuevos cambios económicos, tales como la distribución de tierras baldías entre los campesinos, la venta de computadoras y teléfonos celulares, y el acceso al Internet. Por otra parte, la avanzada edad de los nuevos dirigentes cubanos abre la posibilidad de que también tenga lugar un cambio generacional.

 

Sin embargo, ciertas oportunidades indicadoras de una seria intención de cambio por parte del nuevo gobierno, tales como la liberación de los prisioneros de conciencia, el desmantelamiento de la doble moneda y la doble economía, y la aceptación de la ayuda internacional, tras los ciclones del verano del 2008, han sido desaprovechadas.  Y por el contrario, tal parece que el proceso de cambios internos se ha estancado, por temor a que los acontecimientos se les salgan de las manos.

 

Mas, las alternativas a una Transición pacifica son devastadoras. Mantener el Status Quo nos parece imposible. Una implosión, con la consiguiente violencia en las calles, seguida de un golpe de estado o una lucha entre las facciones, invitaría una intervención militar y ocupación extranjera (tal como ocurrió en Santo Domingo en 1965). Y esto constituiría un verdadero desastre. Y un  éxodo masivo, ilegal e incontrolado hacia EEUU, México y otras áreas del Caribe, como ya ocurrió durante el Maleconazo del 1994, desestabilizaría a toda la región. Cualquiera de estos escenarios llevaría a Cuba a la anarquía, facilitando a narcotraficantes y terroristas internacionales el uso del territorio cubano y convirtiendo la isla en un failed state, cuyas consecuencias todos ya conocemos.

 

Por todo lo anterior, solo existen dos opciones para el actual gobierno de Raúl Castro. La primera es proseguir una línea similar a la de Laureano López Rodó en España, en 1960, y efectuar los cambios que eventualmente lleven a una Transición como la española. La segunda,  proseguir una línea continuista como la Marcelo Caetano en Portugal, que solo logro provocar el golpe militar de 1973, y la subsiguiente Revolución.

 

Una Transición evitaría tales problemas. Mas, para que tenga lugar, es necesario primero crear las condiciones objetivas que la hagan posible, buscar los recursos para sostenerla, y convencer a las distintas partes del diferendo cubano para que participen en ella.

 

También debemos tener en cuenta que existen al menos tres actitudes con respecto a la Transición. La de aquellos que desean utilizarla para ganar tiempo y mantener al régimen y sus condiciones actuales. La de los que desean utilizarla para destruir la revolución y eliminar a los líderes que la han llevado a cabo. Y la de aquellos que deseamos crear un proceso que retorne a Cuba a su cauce normal; un proceso constructivo e inclusivo que culmine en una sociedad democrática, justa y abierta para todos. Es necesario identificar las intenciones y expectativas de cada cual, para saber que esperar de ellos.

 

En el presente trabajo identificaremos algunas condiciones necesarias para generar tal proceso de cambios en Cuba. Así, analizaremos algunas Transiciones ocurridas en Ibero América, región que consideramos la mas apropiada para definir nuestro proceso. Entre ellas, buscaremos las condiciones comunes que han contribuido a su éxito –y aquellas otras que han faltado, o que han contribuido a su fracaso. Por ultimo,  propondremos algunos medios para sostenerla económicamente hasta su triunfo.

 

Condiciones para una Transición

 

Las transiciones no ocurren por casualidad; se preparan cuidadosamente y luego se cuidan como plantas exóticas. Nosotros solo estudiamos Transiciones ocurridas en Ibero América, y no en Europa Oriental como otros, por no considerarlas apropiadas a Cuba.

 

En Europa del Este,  la Unión Soviética impuso dictaduras, tras su ocupación militar, consecuencia de la Segunda Guerra Mundial. Las mantuvo por la fuerza (invasión de Alemania, Hungría y Polonia, entre 1953 y 1956; y de Checoslovaquia, en 1968); o por la amenaza de fuerza. Tras la desaparición de la URSS, ceso esta fuerza, y los cambios pudieron ocurrir. En Cuba, por el contrario, la revolución surgió desde adentro, y se ha mantenido, en parte, gracias a la hábil explotación gubernamental de un sentimiento nacionalista, reforzado por un embargo americano que dura desde hace cuarenta años.

 

A continuación presentamos una selección de transiciones Iberoamericanas, que consideramos han tenido éxito, porque condujeron a regimenes estables:

 

         España, tras la muerte de Franco, en 1975

         Portugal, tras Salazar-Caetano, en 1973

         Chile, tras el retiro de Pinochet, en 1989

         Brasil, tras el retiro de los Generales en 1980

         Venezuela, tras Pérez Jiménez, en 1958

         Colombia, tras Rojas Pinillas, en 1957

         México, tras victoria electoral del PAN, 2000

         Cuba, tras la Guerra de Independencia 1895

 

En contraposición, presentamos varias transiciones fallidas, o que han sido poco exitosas, porque produjeron regimenes inestables, violentos o abiertamente dictatoriales.

 

         México, tras la salida de Don Porfirio, en 1911

         Cuba, tras la revolución de Machado, en 1933

         Argentina, tras la caída de Perón, en 1955

         Cuba, tras la revolución de Batista, en 1959

         Republica Dominicana, tras Trujillo, en 1961

         Haití, tras la caída de los Duvalier, en 1986

         Paraguay, tras la caída de Strossner, 1989

         Nicaragua, tras la caída de Somoza, en 1979.

 

Del estudio comparativo de ambos grupos, hemos identificado ciertas características que nos parecen imprescindibles para el desarrollo de una transición exitosa:

 

         Preexistencia de apertura económica

         Existencia organizaciones internas

         Cooperación de oposicion interna

         Mantenimiento de paz y estabilidad

         Potencial crecimiento economico

         Posición geográfica y dimensión

         Exclusion de intervencion extranjera

         Arbitraje por grupos internacionales.

 

Ciertamente, las transiciones han sido exitosas cuando las distintas partes del diferendo han estado dispuestas a negociar y transigir, para llevar adelante el proceso. La clave para emprender tales negociaciones es el Caso de Negocios, o proceso de convencimiento de los participantes, basado en los beneficios que cada uno piensa sacar de tal Transición.

 

Para realizar una Transición en Cuba, tenemos que establecer seis Casos de Negocios, correspondientes a los seis participantes del proceso:

 

          el gobierno de La Habana

          el pueblo dentro de la isla

          el exilio cubano (diáspora)

          el gobierno de EEUU

          los países de la región

          los países europeos.

 

Todos estos participantes tienen ciertas necesidades que cualquier Transición exitosa deberá garantizar y mantener, durante y tras el proceso, para poder estabilizarse:

 

         Seguridad personal

         Estabilidad y paz internas

         Prosperidad economica,

         Empleo y pensiones

         Educacion y salud,

         Vivienda y bienes de consumo  

         Infraestructura y comunicaciones

         Estabilidad internacional

 

El Proceso de Transición, a su vez, tiene ciertas medidas que implementar, para que el cambio sea real y no solo aparente:

 

         Retiro o reincorporación de la vieja guardia

         Liberación de los prisioneros políticos y de conciencia

         Regreso y reincorporación de los expatriados a la vida nacional

         Derecho de todos a entrar y salir libremente del país

         Libertad de contratación y de trabajo

         Libertad de expresión y de difusión

         Libertad para la sociedad civil

 

Es importante para la Transición, llevar a cabo esta reorganización profunda de manera despaciosa, para no ser disruptiva sino constructiva. Porque se busca crear una sociedad nueva, que surja de la anterior como surge una criatura de su madre: la Transición es un proceso de continuidad, y no de ruptura.

 

La Transición tendrá que reorganizar muchas instituciones que, por su poder, por su influencia, o por su importancia social, están llamadas a dirigir dicho proceso:

 

         Policía, ejercito, marina y aviación

         Aparato de seguridad y judicatura

         Bancos e instituciones financieras

         Periodicos, radio y television

         Partidos y asociaciones politicos

         Organizaciones no gubernamentales

         Sindicatos/asociaciones profesionales

 

Por ultimo, para llevar a cabo cualquier empresa de envergadura, es necesario encontrar Fuentes de Ingreso que las sostengan. Hay que construir, subsidiar, pasar gente a retiro, mandarlos al extranjero, comprar equipos, repararlos, etc. Y todo cuesta dinero.

 

Una Cuba que se abre al mundo deberá utilizar las condiciones educacionales, sociales y sanitarias que se han establecido en los últimos cincuenta años, junto con la gerencia, los contactos internacionales, y el capital material y social que aportarían la oposición interna y el exilio, para desarrollar provechosas fuentes de ingreso. Entre ellas:

 

         Expansión del turismo y Eco-Turismo

         Industrias y servicios de la Salud

         Comunidades de retiro y de estancias

         Súper-Puerto de transito de Container

         Centro de Programación (como Irlanda)

         Centro de Tecnología (como Dominicana)

         Reconstrucción de La Habana (como Venecia)

 

Estas empresas proveerían los fondos para financiar la Transición, evitando así el tener que concertar préstamos o hacer compromisos, que enajenasen el futuro del país.

 

Discusión

 

De todo lo anterior, resulta evidente que no existen todavía, en Cuba, las condiciones y características, necesarias para realizar una Transición exitosa. Hay primero que crearlas.

 

Bandos que han mantenido posiciones extremas y se han enfrentado acremente durante años, deberán sentarse a negociar. Y aun dentro de cada bando hay diferentes corrientes de pensamiento e intereses. Ningún grupo humano es monolítico: los cubanos no somos una excepción. Hay que dejar que cada grupo se exprese abiertamente y exponga sus aspiraciones. Sin conocer estas, no se puede negociar ni llegar a ningún acuerdo.

 

Es necesario tomar la iniciativa: la Transición no se realizara por generación espontánea. Hay que trabajar dentro del gobierno, de la oposición, y entre los exiliados. En cada uno de estos grupos existen sub-grupos de todas las tendencias, y hay que considerarlos.

 

Hay que trabajar también en el terreno internacional. EEUU, la UE y Latinoamérica tienen grandes expectativas e inquietudes con respecto a una Transición. Por ultimo hay que Planear, Organizar e Implementar cuidadosamente los acontecimientos, para que se desarrollen de manera pacífica. La Transición es un Proceso Lento, Interactivo, y de Negociación: de transigir y parlamentar. Desafortunadamente, los cubanos no hemos sido, históricamente, muy proclives a transigir o negociar.

 

Por ejemplo, cubanos y españoles desaprovechamos las oportunidades de negociar una autonomía colonial al estilo canadiense, propugnada por el padre Caballero, Félix Varela y José A. Saco. Y durante la república, los presidentes Estrada Palma, Machado y Batista rehusaron negociar con la oposición, dando origen a la intervención de 1906 al 1909, al periodo de semi-anarquía y violencia de los años treinta, y a cincuenta años de gobierno unipersonal de Fidel Castro, entre otros grandes males.

 

Hoy tiene, el presidente Raúl Castro, nuevamente la opción de negociar. Y de hacerlo con los propios cubanos y no con los extranjeros, como en el pasado, trayendo nefastas consecuencias para Cuba. España nos dejo fuera de las negociaciones del Tratado de Paris; Machado prefirió negociar con Sumner Wells, y Batista ignoro a don Cosme de la Torriente y su grupo SAR. Sírvase el presidente Raúl Castro pensar sobre todo esto.

 

Finalmente, y si en verdad deseamos ver un Cambio en Cuba, debemos todos comenzar, como decía el sabio Mahatma Ghandi, por devenir el cambio que queremos ver!

 

Conclusiones

 

Las Transiciones son procesos de negociación y cambio, entre los grupos que detentan el poder y los que están fuera de el, y que ocurren bajo ciertas condiciones objetivas:

 

         Evolucionar desde adentro del país; evitando

         Presiones externas perjudiciales; requiriendo

         La cooperación entre los sectores; promoviendo

         La reconciliación nacional, y garantizando

         La seguridad de todos los grupos.

 

La presencia de Árbitros internacionales en las negociaciones contribuye a infundir confianza y a garantizar la seguridad de estos grupos. Los Árbitros deben provenir de países comprometidos con el éxito de la Transición, pero deben mantenerse neutrales durante todo el proceso. No se puede ser juez y parte a la vez.

 

En el caso de Cuba, los Árbitros vendrían de Europa y de América Latina, cuyas decisiones, tanto EEUU como el gobierno cubano, los disidentes internos y el exilio, respetarían y acatarían sin grandes problemas.

 

Si todos los cubanos demuestran el talento, la energía, y el civismo de pensar primero en la Nación, se habrá de realizar la tan necesaria Transición, que regrese a Cuba a su cauce normal y evite al país las penurias sufridas en el pasado.

 

BibliograFIA

 

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